Les ofrecemos una surtida selección de quesos artesanos del pirineo provenientes de las pequeñas queserías de la provincia. Un queso no es ni mejor ni peor en función de la leche con la que se fabrica o el tiempo de curación, simplemente son diferentes y en nuestro comercio podrá degustar además de los mencionados quesos artesanos un buen Ronkari navarro o un delicioso Pyrénées-Brebis francés.
Quesos artesasnos del Pirineo de Oveja
Entre los quesos de oveja de que pueden encontrar en nuestra selección destacan los quesos «Flor de Aspe», un queso con una curación mínima de noventa días ganador de varios premios a nivel nacional de sabor marcado y con un gran regusto y el queso curado de oveja «Val de Cinca», un queso fruto del trabajo de una familia de Fonz (Huesca) que desde la vocación, trabajo, iniciativa y compromiso con la tradición consiguen un producto de gran calidad y personalidad.
Quesos artesanos del Pirineo de Cabra
Un lugar especial en nuestra selección de quesos artesanos del pirineo está ocupado por la única quesería que elabora quesos de cabra con la que trabajamos y es que hace más de veinte años que en nuestro mostrador se ofertan los quesos de cabra de Radiquero.
Queso de Sierra de Sevil
Es un Queso de cabra elaborado con leche de cabra pasteurizada, de pasta prensada, de una textura cerrada. Se somete a un proceso de maduración media en cava entre uno y dos meses y se recomienda su consumo antes del año.
Su sabor es suave con aroma muy desarrollado en el paladar, con un punto de acidez característico en los quesos de cabra, carece de conservantes, por lo que es un producto natural.
Queso San Pelegrín
Queso de cabra elaborado artesanalmente con leche de cabra cruda y cuajos de origen animal de pasta prensada. Se somete a un proceso de maduración media en cava mínimo de 6 meses y se recomienda su consumo antes del año.
Su sabor es fuerte, aportado por las bacterias naturales de la leche de cabra, sabor refinado y agradable en el paladar.
Queso Los Meleses
Es un queso de cabra de pasta blanda con moho blanco, se elabora con leche pasteurizada de cabra, el cuajo utilizado es de origen animal y carece de cualquier tipo de conservantes obteniendo así un producto plenamente natural. Se somete a un proceso de maduración mínimo de 30 días en cámara y se recomienda su consumo antes de 90 días.
Es un queso cremoso con sabores intensos y aromas aterciopelados, lo hacen muy agradable al paladar. Su corteza, que es comestible y el moho que lo rodea es muy digestiva. A medida que el queso va madurando va cambiando su textura, la cual se vuelve cada vez mas cremosa (del exterior al interior) aumentando su sabor inicial y a su vez haciéndolo más intenso tanto en paladar como en nariz. Se recomienda su consumo antes de los 4 meses.